Empezaremos la reseña de ¿De qué color es un beso? indicando que es un álbum ilustrado que va dirigido a niños de tres a siete años aproximadamente, a los que esta historia les va a cautivar con toda seguridad.
Rocío Bonilla, la autora de este libro, nació en Badalona en 1970 y estudió Bellas Artes en la Universidad de Barcelona. Ha trabajado en varias disciplinas: pintura, muralismo, fotografía, pedagogía y publicidad. Dejó el ámbito publicitario y creó una empresa de decoración de espacios infantiles con murales pintados a mano.
En 2014 publicó su primer álbum ilustrado, Cara de pájaro, y, desde entonces, ha publicado más de cincuenta libros que se han traducido a más de veinticinco idiomas y han recibido varios premios. Entre sus obras, destacan: ¿De qué color es un beso?, ¿Te aburres, Minimoni?. La montaña de libros más alta del mundo, ¡Hermanos! y Abuelos, pirañas y otras historias.
Mónica, a la que todos llaman cariñosamente Minimoni, es una niña pequeña, de piel morena y melena corta, que le gusta hacer muchas cosas, como montar en bici y cuidar las plantas, pero lo que más desea es pintar.
Quiere colorear un beso y resulta que no sabe cómo hacerlo, pues en cada color encuentra aspectos positivos y negativos. Por ejemplo, el rojo, el mismo color que la salsa de los espaguetis, le encanta como color para un beso, pero no del todo porque este color también es el del enfado. Lo mismo sucede con otros colores. Hasta que mamá le ayuda en la solución.
La historia es muy tierna y graciosa por las distintas situaciones que se presentan. Las ilustraciones, realizadas por la misma autora, son estupendas, aparecen a doble página y en diferentes tonalidades del color que se está hablando en ese momento. Al final, hay una página en blanco para que los niños puedan colorearla a su gusto.
Desde un punto de vista educativo, nos parece negativo decir que las verduras no le gustan a Minimoni, porque esto refuerza a los niños en considerar desagradables a los vegetales y olvida el problema de sobrepeso y obesidad infantil que hay en España. Por contra, resaltamos la ayuda infantil en las tareas del hogar y el rechazo del enfado como emoción negativa y del rosa como color de niñas y princesas.
Además de aprender los colores, asociar estos con emociones, apreciar tonos del mismo color, etc., la historia enseña también a los niños que una cosa puede cambiar según el estado de ánimo que tengamos y los gustos de cada persona.
En definitiva, nos parece que este cuento es una buena herramienta para trabajar la inteligencia emocinal y hablar de sentimientos con los niños.
Música: Oleksandr Stepanov
Ficha técnica
¿De qué color es un beso?
Texto e ilustraciones: Rocío Bonilla
36 páginas. Algar editorial. Barcelona, 2015